“Te voy a heredar todos mis diarios, pero prométeme que no los verás hasta que me muera”. Estas fueron las palabras que una mítica matriarca mormona del norte de Utah le dijera a su hija Terry Tempest Williams una semana antes de morir. Fue una sorpresa para la autora descubrir que las tres repisas de cuadernos que le heredó su madre estaban todas, completamente, en blanco. A lo largo de 54 breves capítulos, Williams trata de explicar este vacío al recorrer los recuerdos que tiene de su madre, explorando en el camino las dudas en torno a su propio lugar en el mundo y nociones de ausencia y presencia en el arte y la naturaleza. Cuando las mujeres fueron pájaros es un caleidoscopio cuidadosamente construido que continuamente gira alrededor de una pregunta central: ¿Qué significa tener una voz? Su prosa poética detona un goce estético inigualable mientras el tren de pensamiento del texto abarca desde secretos de familia, dinámicas de género en una sociedad patriarcal, hasta las vinculaciones afectivas y materiales entre la humanidad y la naturaleza. Un libro que revela cómo nuestro sitio en el mundo no sólo se encuentra ligado a la comunidad a la que pertenecemos, sino al territorio que habitamos, con todo y sus plantas, montes, vientos y, por supuesto, las muchas variedades de pájaros que se vuelven testigos de nuestro transitar por la vida.