Con la sabiduría y sensibilidad características de la poesía de Robin Myers, Tener concentra los materiales de los que estamos hechos, los espacios que llamamos nuestros. ¿Qué nos hace humanos? ¿Cuáles son las experiencias que nos forman y –quizás más importante– que nos deforman? La voz de Tener es una, pero conoce varias lenguas: la del desierto, con su voluntad particular; la de las hormigas y sus dientes diminutos; el parpadeo incesante de las luciérnagas; la de los verduleros que descargan sandías de una camioneta. Inventario particular de anhelos y pequeñas manías, Tener pone sobre la mesa del lector aquellas formas que, sin haber visto nunca, lo constituyen.