Este libro propone una mirada radical sobre el cuerpo: el cuerpo extraordinario, el cuerpo enfermo, el cuerpo diferente, el cuerpo deseante, el cuerpo como territorio hiperbolizado y como metáfora de la ansiedad contemporánea por la búsqueda de la normalización y la salud. También, y como discusión obligada, es una crítica a los valores que la clínica y la medicina imponen a los individuos clasificados como "anormales".
El título, Tratado breve de concupiscencias y prodigios, remite irónicamente al de aquellos textos medievales enfocados en mantener la buena salud física y que, a modo de manuales y consejos, ejercían diversas formas de control sobre los sujetos con el fin de dominar los placeres, el erotismo y la sensualidad. El libro que nos ocupa es, entonces, un antimanual que nos exhorta a bregar en los límites de lo negado.