Vértigo del abismo aborda las posibilidades del género de paisaje, explorando las configuraciones más evidentes y tradicionales, así como las concepciones menos convencionales. El origen de este proyecto tuvo un primer acercamiento en las expediciones al aire libre dirigidas por el maestro paisajista Juan Manuel Salazar y el Dr. Daniel Manzano en 2012, así como la inspiración en el taller del maestro Nishizawa, que permitió encontrar múltiples posibilidades después de una residencia en el Centro de Residencias e Investigación Artística (CRIA), dirigido por Héctor Herrera, en Ensenada, Baja California. Fue allí donde el óxido y el olor a sal despertaron un interés específico por los paisajes marinos, contrastándolos con el paisaje urbano.